Los alimentos en conserva nos permiten hacer comidas y tapas variadas, deliciosas y nutritivas, además de sacarnos de apuros ante cualquier imprevisto.
¿Visitas sorpresa? ¿Reunión de última hora? ¿Sin ganas de cocinar? Las conservas nos ponen más fácil el momento de improvisar en la cocina.
Nos evita ese estrés de no saber qué hacer para una comida, cena o picoteo rápido.
Tipos de alimentos en conservas
Aceitunas, alcachofas, maíz enlatado, sardinillas o atún en aceite puede que no falten en tu despensa. Sin embargo, hay muchas opciones de alimentos en conserva a los que puedes sacarle partido para preparar recetas de altura.
Las conservas son el fondo de la despensa de toda buena cocina. Nos permiten incorporar ingredientes variados, concentrados, fuera de temporada y conservados o curados para brindarnos un exquisito sabor.
La RAE define las conservas como preparaciones envasadas herméticamente, conservadas y preparadas de manera adecuada para ser comestibles un tiempo después.
Esto incluye frutas, carnes rojas, blancas y vegetales de todo tipo. El tipo de conservación puede ser mediante salazón, secado o deshidratado, embotellado, ahumado, enlatado, congelado, refrigeración, vacío, conservación con químicos, encurtidos o azúcar.
Conservas que no deben faltar
Entre los mariscos y pescados los más comunes de encontrar en conservas en aceite, agua, vinagre, escabeche son el pulpo, mejillones, arenques, caballa, sardinas, truchas, agujas, bacalao y bonito.
Hay conservas que podéis hacer en casa y que además de sabrosas, nos permiten ahorrar, al comprarlas frescas, en su mejor momento de cosecha y a menor precio.
El mejor ejemplo son los elaborados con frutas y vegetales de temporada, como tomate, berenjena, cebolla, cereza, manzana y albaricoque. Una vez envasados, nos permiten disfrutar todo el año de estos ingredientes sin gastar más.
En el caso de los pescados y mariscos de temporada, el proceso requiere destreza y cuidado para garantizar su correcta conservación por varios meses.
Rápido y sabroso
Las legumbres ya cocidas, como las habas, lentejas, frijoles, garbanzos y muchos otros granos conservados en lata, aceite o agua nos evitan el remojo del día anterior, así como el gasto de agua, gas o electricidad y largo tiempo de la cocción.
Ahora, fijaros en esta lista de conservas que no deben faltar en tu armario de cocina. Tenlas en cuenta para tus próximas compras:
- Pimientos del piquillo o pimiento morrón
- Tomates troceados, pelados, enteros, concentrado, secos, en aceite,
- Mejillones, atún, sardinillas, pulpos, calamares en aceite de oliva o al natural
- Espárragos blancos
- Cebolletas
- Alcachofas
- Pepinillos
- Encurtidos de vegetales y antipastos
- Hongos, maíz, guisantes, aceitunas
- Garbanzos, lentejas, alubias, guisantes o judías
- Frutas de temporada en su jugo
- Mozarella o quesos frescos en conservas, con aceite de oliva y especias aromáticas
Para finalizar, tenéis estos trucos:
Si juntáis pimientos del piquillo, anchoas, pepinillos, aceitunas negras podéis montar rápidos canapés.
Licúa espárragos blancos y anchoas de lata, lleva al fuego y obtendrás una sopa fácil. Adereza con aceite de oliva y sal al gusto.
Con pimientos, patatas y huevos batidos prepara tortillas deliciosas y rápidas.
Rellena alcachofas con bechamel y jamón y lograréis un sencillo y vistoso entrante.
Junta frutas al natural (cerezas, piña, melocotones, etc) a modo de brocheta y tendrás un rico postre en minutos.